14.9.05

Como dice Mia… Que difícil ser yo.

Qué difícil llegar a un lugar nuevo donde te precede tu viejo apodo, para mi este, a perdido su significado inicial que la gente le dio y con el tiempo se ha tornado amigable incluso con un par de variaciones como “satancito lindo” o “satancillo” de verdad creo que un nombre no significa nada, tu eres quien significa el nombre que llevas, satan® es igual a mi, no yo soy igual a satan®, ¿me explico? Es del nabo, seguro no le pasa a los weyes que los apodan “El zapato” o “El Papayas” seguramente no, con decir: “no sé porque me dicen así” les basta para que los dejen de joder. Pero quienes somos apodados como: satan®, diablo, etc. Siempre cargaremos con una interrogante de la gente y una predisposición a conocerte.
O les cagas a primera vista o se la van a pasar interrogándote sobre el origen de tu apodo y haciendo los mismos chistes ñoños que TODO el mundo te ha hecho antes, de hueva realmente.

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Peor aún es tener un look “diferente” y ser cuestionado tooooooodo el tiempo “ oye tienes tatuajes?” CLARO IDIOTAS TENGO MIL!!! “oye te dolieron tus aretes?” CLARO IDIOTAS LOS AHUJEROS EN EL CUERPO DUELEN!!! “oye y tienes novia?” CLARO IDIOTAS LOS NIÑOS MALOS NO SOMOS GAYS, NI CASTRADOS, NI IMPOTENTES!!! “oye adoras a la santa muerte?” “oye y eres malo?” “oye y oyes música metálica?” “oye y eres darketo?” “oye y eres sado?” etc, etc, etc.
Mil y un preguntas pendejas de gente ñoña que desconoce y mira con morbo a los que no somos fans de RBD y no leemos la TV notas.
Al final, siempre acabo haciendo amigos con el tiempo y ellos descubren que lo único raro que tengo es que escribo satan® sin acento y que me gusta la lluvia.
Es increíble lo morbosos, metiches e ideáticos que son la gente “normal” como ellos se autodefinen.
A lo largo de mi vida como satan® me he topado de todo tipo, la clásica chavita que te idolatra sólo por que según ella eres “malo”, el wey que de plano le cagas y te trata mal por que en realidad te tiene miedo y necesita imponerse por que piensa que eres “malo”, la clásica tipa que se hace la chistosa y lo único que quiere es averiguar si te gustan los latigazos, por que a ella, si le gustan pero nadie le hace segunda, el clásico wey que te hace la barba y te reverencia por que se siente inferior a ti, sólo por que tiene un apodo equis, como el chivo o el chore, la señora que le molesta tu apodo y cree que vienes de una banda de punketos del chopo y los domingos reza por que tu miserable alma encuentre descanzo.
Si bien es cagado, también es cagante, pero no puedo huir. De verdad lo he intentado, a veces cuando llego a un lugar nuevo me presento como Javier® pero no falta el wey que me conoce… “que pedo pinche satan®” y te manda todo al demonio, es por eso que con el tiempo he aceptado todo este show y me denomino como satan® un producto tan novedoso como antiguo, una marca tan nociva como benéfica, satan® es un trademark, satan® es un concepto, de lo que es malo pero no lo es, de lo que la gente piensa que esta mal, pero le gusta, de lo que todos repudian y salen día a día a comprar al súper.
La antitesis de lo que creemos malo y lo que decimos bueno, una simple palabra que toma el significado que uno quiere darle.

Simplemente satan®.

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